El cielo está enfadado esta mañana. Parece querer empezar a vomitar fuego a diestro y
siniestro. Este 14 de julio amanece abrasador en Delhi. Después de desayunar exquisitamente dejamos a hora temprana la
confortabilidad del lujurioso hotel Taj Mahal para desplazarnos hasta Jaipur.
El viaje lo hacemos en autocar y al poco tiempo de arrancar ya nos damos
cuenta de que el trayecto va a resultar pesado. No es mucha distancia la que
hay entre las dos ciudades, unos 265 kms aproximadamente, pero la
carretera es lenta. No avanzamos, los kilómetros se suceden con cuentagotas,
hay que ir haciendo continuas paradas, el tráfico es bastante caótico.
Inconvenientes mil de índole diversa nos van metiendo en el cuerpo la sensación
de que aquello no se va a acabar nunca. Vacas en medio del camino que, orgullosas, ejercen su derecho a no querer apartarse, interrupciones cada pocos kilómetros
para pagar los peajes cuando cambiamos de provincia y una carretera en mal
estado hacen que el avance sea muy lento.
Sushil, desde el micrófono
del autocar, se empeña en hacernos un poco más llevadero el camino y con
la mejor de las intenciones se lía a contarnos cosas acerca de las castas y del
matrimonio. En la India, el
sistema de castas divide a la sociedad en grupos poco conectados entre sí,
asignándole de antemano y para siempre a cada uno un papel, dentro del estrato
social que le corresponde por su cuna. Por culpa de esta rígida
estratificación, el individuo pertenece a ese grupo en el que ha nacido sin
posibilidad de cambiar.
En la parte más alta de esta
pirámide están los sacerdotes, los maestros, los que marcan las directrices del
quehacer social, los que indican a los demás el camino a seguir. Ellos son los
brahmanes. Detrás de ellos en un segundo peldaño se encuentran los kshatriyas,
un espacio preferente reservado a los nobles y a los guerreros. Se puede decir
que son los selectos, lo más granado de la sociedad después de la élite. A esta
casta pertenece Sushil, nuestro guía. En una tercera instancia están los
vaishyas, algo así como el grueso del pelotón, una parcela en principio
reservada a mercaderes y negociantes, que se complementa con todos los que
ejercen actividades con alguna clase de cualificación. Finalmente, cerrando el
pelotón, encontramos a los sudras, una casta básicamente compuesta por
campesinos, obreros y artesanos, la fuerza bruta de la sociedad. A cada una de
estas cuatro categorías se le asigna desde arriba hasta abajo una parte del
cuerpo según su categoría o su importancia. A los primeros les corresponde la
cabeza, a los siguientes el pecho y los brazos, a la tercera casta el abdomen
hasta la cadera. mientras que la parte baja, el resto del cuerpo hasta los pies, se le
asigna a la cuarta casta. Fuera de cualquier clasificación se encuentran
los llamados intocables, que son los marginados, aquellos a los que se les
encomiendan las labores más duras, los trabajos más impuros y las tareas
degradantes. Por ello y debido a la actividad que están obligados a realizar, a
éstos no se les puede incluir en la escala de las castas. Serían los
descastados.
Desde nuestro mundo, muy distante, no cabe duda de que este
sistema social basado en las castas fue una construcción ideológica elaborada
por los grupos dominantes y santificada por el hinduismo para
mantener el control de la sociedad, asegurar la sumisión y el sometimiento de
los menos favorecidos, así como para salvaguardar la posición de privilegio de
la que gozaban las castas superiores.
Paramos a comer en el Hotel
Samode Palace, unos 40 kms al noroeste de Jaipur. El palacio, de arquitectura
Rajput-mogol construido en el siglo XVIII es impresionante y está muy bien
conservado. Resulta especialmente llamativo el salón de los Espejos (Durbar
Hall). La recepción con todo el ritual de bienvenida.
En la comida continuamos
hablando de lo que nos ha contado Sushil acerca del matrimonio. En India la
gran mayoría de
los matrimonios (se calcula que más del 90%) son concertados, algo que resulta
difícilmente asimilable para cualquier occidental.
Los indios realmente nunca se dedican a buscar pareja. La pareja se la
encuentran hecha y son los padres los encargados de la tarea. Sushil nos
muestra el periódico, en el cual hay una sección importante (Matrimonial), en
la que los padres (a un precio importante) insertan anuncios solicitando pareja
para su hijo/a. En cada anuncio se incluyen las características más reseñables
del curriculum: lugar, fecha y hora de nacimiento (muy importante para la carta
astral, que juega un papel fundamental en la vida de los indios), la altura, la
religión y la raza, el lugar de residencia, los estudios realizados, idiomas
que habla, el puesto de trabajo que ocupa y el sueldo que percibe. Las
familias hacen una primera selección con todos aquellos que puedan ser de
interés. Después se ponen en contacto las familias y conciertan citas hasta
encontrar la pareja ideal para sus hijos que, en ningún momento cuestionan la
selección llevada a cabo. Todo lo relativo a la boda
no lo organizan los novios, sino las familias. Los novios solamente se ven unas
pocas veces antes de la boda. Ellos están satisfechos porque por fin van a
tener una pareja, una pareja que le han elegido con mucho mimo sus padres y
que, por tanto, será la mejor.
Está claro que supone un
choque de culturas importante pero todo parece indicar que el sistema está muy
enraizado entre la población india y que les funciona porque no hay rebelión
por parte de los jóvenes.
Al terminar la comida los
monzones se hacen ver en forma de chaparrón copioso que dificulta
circunstancialmente la salida del Palacio.
Que reales, impactantes, inolvidables y reflexivos recuerdos de mi viaje a la India.
ResponderEliminarGracias tío José.
That real, shocking, unforgettable and reflective memories of my trip to India.
Thanks tío José.
Me alegro de que te reavive recuerdos. No era una tarea pretendida para el blog, pero siempre interesante. A mí el viaje me reavivó muchas de las sensaciones que mi madre me transmitió cuando volvió de su viaje a la India hace muchos años, entre las que el Ganges, los intocables, las castas, el color, los contrastes, el tema de la mujer y la miseria formaban parte importante. Un abrazo. Namasté.
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